LA FELICIDAD COMO CONSTANTE EN LA VIDA

La mayoría de las veces nos confundimos cuando pensamos en el concepto de felicidad y lo atribuimos sólo al tener, al ser, o al deber tener, al deber ser. Pero este concepto es infinitamente mucho más profundo ya que esta relacionado con el sentir desde las fibras más íntimas de nuestro ser. Esto lo logramos solamente si lo relacionamos con una fuerza superior, con la entrega al prójimo, con el gozar en el dar, con el amor sin identificación, con DIOS. La felicidad es en si misma un estado del ser que aflora cuando nos salimos de nosotros mismos para entregarnos al otro. Nos salimos de nosotros sin que nadie nos lo exija o nos lo pida, es nuestra voluntad, es nuestro querer, es nuestro sentir. Esto quiere decir que la felicidad es voluntaria, tenemos que decidirnos a ser felices independientemente de las circunstancias por las que estemos atravesando en nuestra vida. Tenemos que desear ser felices, no va llegar sola, la tenemos que convocar.
La felicidad es una vibración superior relacionada con la entrega a otro ser que en esencia somos lo mismo pero en grado diferentes. Esto es darnos en definitiva a nosotros mismos en otro individuo para sentir en profundidad a Dios manifestándose en nosotros. Cuando nos entregamos al otro, Dios esta entregándose con nosotros y es en ese instante cuando al vibrar con Dios sentimos y vivenciamos la felicidad genuina. Sólo de este modo la sentiremos. Es la esencia de nuestra existencia, es llenar los vacíos con el mismo Ser superior que nos creo, que nos dio el soplo de vida. Es unirnos a El para ser su canal, su forma real de manifestación.
Javier V.