EL SENTIDO DE DAR AMOR

Cuando sentimos la necesidad de dar, de darnos, de entregar, de entregarnos, de sentir con el otro, de sentirnos, de amar, de amarnos; es en ese instante cuando una vibración superior se une a la nuestra para encender una idea, un pensamiento, un sentimiento, una energía. Estos son aires de renovación, los cuales no debemos nunca dejar pasar, los debemos atrapar, atesorar en nuestro interior, en nuestro corazón e inmediatamente darlos a los seres que nos rodean o a aquellos que la vida misma se va a encargar de ponernos en el camino. Con este proceder se logra un equilibrio perfecto entre alma, espíritu y cuerpo; sólo estamos dejándonos llevar por la esencia misma de lo que somos, por el mismo Dios revelándose en nosotros.
Lo mundanal, lo terreno, lo material, lo vano, la mayoría de las veces, nos paraliza, nos nubla para concretar ese equilibrio. Para que esto no suceda, hay que hacer un trabajo consciente, un esfuerzo mental, desarrollar una actitud mental que nos permita predisponernos a la entrega, querer renovarnos, querer equilibrarnos, querer el querer de Dios.
La manera de lograr esto es buscar en nuestro interior lo que esta dormido; lo que no tiene nada que ver con el mundo externo. Es buscar lo que no se ve, lo que solo se siente, se percibe, se imagina.
La filosofía de Jesús nos dice: “Busca el reino de los cielos y lo demás será dado por añadidura”. En esta sabia frase esta encondida la clave, la esencia de nuestra felicidad constante, y el punto de inflexión para lograr no sólo destellos de bienestar, sino la trascendencia y un camino de evolución permanente.
El reino de los cielos, metafóricamente, representa nuestro inconsciente, nuestra mente, nuestra energía, todo lo que alberga nuestro interior, es la gran generación de vivencias y sentimientos guardados que esperan salir a la luz cuando nosotros los convoquemos, no antes. En nuestro interior hay paz, amor, armonía, belleza, trascendencia, evolución, está el mismo Dios habitando, dándose en nosotros, regalándonos el Todo, regalándonos ser Uno con El.
Javier V.